Llevo la caducidad del tiempo atada a las zapatillas,a cada paso,en cada calle me espera un ayer demasiado vivo.A veces pienso que es de tontos entenderlo,simplemente hace falta no perder el equilibrio cuando hay bordillos.




viernes, 5 de septiembre de 2008

Domingo.

No es miedo a fracasar;es a quedarse con los pies quietos y cientos de suspiros en la garganta,de esos que se escapan cuando los domingos por la noche espias la vida que se te escapa por la ventana.En cada parpadeo que cuelga de los balcones guardo las ganas de vivir del tiempo y del olvido.Nostalgia por nada;el corazón pende de una tubería y se balancea,somos así de extraños.
Que no lloren las manos cuando salga la Luna y no refleje una sonrisa de esas,tristes;de las que hablan de todo y de nada.Llevamos arrastrando los días;escupiendo madrugadas como quien se cansa de esperar a cerrar cicatrices;despertares.
Al atardecer,suenan las alcantarillas,llaman al corazón,que sigue haciendo de las suyas por las fachadas.Es la hora de las calles,de perder miradas y del vagar ausente.

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